Imperial de la cabeza a los pies, desde el centro hasta la esquina más alejada. Casi sobran el tranvía y el autobús y no digamos el metro. Un buen turista tiene que andarla y vivirla, descubrirla y redescubrirla porque a cada momento está cambiando, renovándose y sorprendiendo al que pasea por sus calles y tiene tiempo de admirar sus fachadas, sus cafés, sus tiendas, sus puentes, sus iglesias, sus monasterios. Desde las zonas más conocidas y abarrotadas de turistas hasta las más residenciales y tranquilas. Es un ciudad que engancha y que no para de sorprenderte.
La Plaza de la Ciudad Antigua y la Iglesia de Týn
La Torre del Reloj
El Ayuntamiento de la ciudad vieja
Monumento a Kafka en el barrio judio
La Sinagoga Española
La Sinagoga Staronová
El Rudolfinum
Una de las torres de entrada al Puente de Carlos
El Castillo de Praga
La Iglesia de San Nicolás
El Palacio Arzobispal
La Catedral de San Vito
y su vidriera modernista
La Iglesia del Monasterio Strahov
El Palacio Cernin y sus fachadas con ochenta columnas
El Monasterio del Loreto
El mural dedicado a John Lennon en la Isla Kampa
El Paco
Este no es el Paco
La Casa Danzante de Richard Gehry
La Cabeza de Franz Kafka
El Edificio Koruna , puro art decó
Estatua de Wenceslao en la galería del Edificio Lucerna
Un espectacular ejemplo de edificio modernista
Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, residencia oficial del Santo Niño de Praga y su colección de trajes donados por particular y políticos de todas partes del mundo
La Iglesia de los Jesuitas
Interior del Café Savoy
El espectacular Café del Hotel Art Decó
El Manchego de Corral en actitud pensante
La Plaza de Wenceslao, escenario de la Revolución de Terciopelo
Y estas fotos solo son un pequeño ejemplo de lo que puede ofrecer una ciudad como Praga. Todos los rincones que faltan están presentes en mi memoria. Y quiero que estás imágenes sirvan para que quien ve este blog se sienta motivado a viajar y quiera conocerla.