La ciudad de Hué, tradición y modernidad. La verdad es que la parte nueva podría confundirse con cualquier ciudad costera española tipo Lloret de Mar, como decían los Tous, o Benidorm como decían los valencianos. Pero como a los turistas nos insisten más en la parte histórica y monumental, pues la otra zona se nos quedó para un paseo por la tarde y la noche.
Antes de llegar visitamos el mausoleo del emperador Minh Mang, un ejemplo de armonía y grandiosidad. Todo estudiado, cada detalle , la orientación, los colores......... , componiendo la morada terrenal del alma del emperador.
Es de suponer que la guerra causó estragos en cualquier parte del país y debió de llevarse por delante parte de la historia de estos lugares. Algunas zonas se ven muy restauradas.
Llaman la atención los tejados con sus tejas, valga la redundancia, y los coloridos remates similares a los que se ven en China pero menos recargados, como más elegantes.
Es indescriptible la belleza de los cientos de mariposas que sobrevuela algunos jardines. Pero claro, no se están quietas para la foto. De vez en cuando se acierta con alguna.
La tumba del emperador Khai Dinh, mucho más moderna pero no por ello menos espectacular. Los materiales de la construcción no son tan ricos pero la decoración interior es asombrosa
La ciudad imperial, o lo que dejaron de ella los continuos bombardeos que sufrió. La restauración de lo que quedó es de manual y nos permite admirar la belleza de la que fué la capital del país en tiempos pasados.
La Ciudad Prohibida, morada de emperadores.
El teatro.
El Río de los Perfumes.
La pagoda hexagonal de Thien Mu, situada en los alrededores de Hué.
El regreso a la ciudad de nuevo surcando las aguas del Río de los Perfumes.