Y que decir de Beirut que no esté ya dicho. Su origen se pierde en la noche de los tiempos. Conquistada, reconquistada, vuelta a conquistar. Destruida, reconstruida, vuelta a destruir y a reconstruir. Y para colmo de desgracias la explosión en el puerto en 2020 que costó más de 200 muertos y 6500 heridos además de las cuantiosas pérdidas materiales para un país que no sale de la crisis.
Y aún así no dejan de verse restos de su pasado esplendor y de su lucha por incorporarse a un futuro también esplendoroso.
La Plaza de la Estrella.
Los baños romanos.
El Ayuntamiento de Beirut.
Mezquita Al Amin.
Plaza de los Mártires.
Catedral maronita de San Jorge. Inspirada en la basílica de Santa María la Mayor de Roma.
Catedral ortodoxa de San Jorge.
Callejeando por Beirut.
El Museo Arqueológico. Imagino que saqueado más de una vez.
Nos contaron que en la restauración de este mosaico se dejó sin restaurar la esquina inferior izquierda porqué era el agujero por donde se sacaron piezas.
Los sarcófagos fenicios. Al parecer a Cádiz llegaron algunos encargados por familias nobles de la época.
La tumba romana de Tiro, con frescos de inspiración griega.
Me recordó el símbolo de la trinacria que se ve en la isla de Sicilia.
Y a pesar de todo, queda tiempo para para seguir viendo la vida pasar.
