Como de cuento de hadas, entre Cerezo de Abajo y Cuéllar. Un castillo precioso y muy bien restaurado, pero si lo queréis visitar tenéis que aseguraros antes con los recepcionistas porque igual volvéis y os ponen cualquier excusa. Aunque gracias a eso pudimos pasar una tarde de maravilla en Sepúlveda. No hay bien que por mal no venga.
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