Siempre había pensado que la sal sólo era algo relacionado con el mar o con las minas de sal de roca hasta que visíté Poza de la Sal en la provincia de Burgos y ahora Imón en la de Guadalajara. En cualquier caso no dejan de sorprenderme.
La única pena es el estado de abandono de las construcciones aledañas. Sería muy interesante recuperarlas como centro de interpretación para comprender mejor la naturaleza de estos yacimientos y ayudar a mantener viva su memoria.
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