Tendemos a pensar que los pueblos se visitan solo paseando, entrando en la iglesia y admirando cualquier monumento que nos coja a mano. Nunca imaginamos que nos han quedado tantos lugares por ver como cuando abandonamos Villanueva de los Infantes. Tampoco me quedó muy claro si todos los puntos marcados como de interés en el plano turístico son visitables.
Y eso que cuando veo una ventana o puerta abiertas, al menos el zaguán y el patio no se me "escapan".
La verdad es que se trata de un pueblo con un rico patrimonio histórico artístico con una importancia que se ve reflejada en la mayoría de sus construcciones.
Allí murió Quevedo, en el Convento de Santo Domingo, y fue enterrado en la Cripta de la Iglesia de San Andrés. Allí está la Casa del Caballero del Verde Gabán, citada por Cervantes en la segunda parte de El Quijote.
La Alhóndiga, la Casa del Arco, la la Inquisición, la Casa de la Pirra, la de los Estudios, los conventos de Santo Domingo, de la Encarnación, de los Trinitarios, de los Fraciscanos, etc. , etc., etc.
Todo ello nos da una idea de que en un día poco se puede hacer en tan bello lugar. Hay que volver y seguir descubriendo rincones del Campo de Montiel.
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