Permanecerá tu recuerdo en los muros de mi memoria como cuadros de una exposición retrospectiva permanente inundándolos de luces mágicas y poblándolos de universos enriquecidos con el misterio y la sorpresa de ir descubriendo nuevos habitantes y actores de historias que se van configurando poco a poco hasta dar paso a la apoteosis final y a la comprensión del mensaje.
Y cada vez que mire tus cuadros volveré a revivir los momentos compartidos a lo largo de tantos años. El estudio de la calle Castelló, las noches de bares, las exposiciones, los cuadros que me gustaron (todos), los que pude comprar y los que no compré por falta de espacio para poder ubicarlos. Los retratos a los que diste vida con unos pocos trazos y tu genialidad, y que me saludan cada vez que paso por su lado.
Y Amparo, con toda la vida que te dió y los huecos de tu ausencia que tendrá que rellenar poco a poco, recolocando vivencias y desalojando tristezas para seguir adelante.
Me invade una profunda tristeza cuando pienso que tendré que resignarme a no poder esperar mas exposiciones ni a verte en la puerta de la galería, ni en el café Comercial, ni encontrarte por sorpresa en la calle Fuencarral, ni verte tomando apuntes en cualquier rincón, ni poder ir a tu estudio de la calle Escorial a revolver entre tanta vida como guardas acumulada en telas, papeles, cartones......
Adiós amigo, hasta siempre. Nos encontraremos paseando por cualquiera de los cuadros que te han quedado por pintar.
Fotos: Exposición "Francis Daubresse en la memoria"
Sala Ra del Rey
c/. Reina nº 11
28004 Madrid
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