Y qué decir de Tordesillas, que merece capítulo aparte y no solo por su famoso tratado, que dicho sea de paso no conozco. Sus iglesias, sus palacios abandonados ( y los habitados ), sus calles empedradas vacias de gentes y llenas de historia, su museo del farol, etc., etc., etc.
El impresionante convento de Santa Clara con todas sus capillas, añadidas poco a poco con el paso del tiempo, en una mutación constante de los espacios. Sus bóvedas mudéjares, sus artesonados, el patio de entrada, única foto que puede robarse antes de que te avisen de la prohibición, el claustro, los baños árabes y sus vistas sobre el río para deleite de reyes. Que magnífico palacio debió de ser antes de irse convirtiendo en convento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario