
















A veces, y por mucho que estudies como hacer una foto, el resultado te sorprende . Algunas veces gratamente y de otras mejor ni hablar. Pero siempre he conservado todas. No porque una hija sea fea hay que esconderla. No deja de ser fruto nuestro. Y de las fotos siempre se aprende.
Todas estas son relativamente antiguas y tomadas con mi querida Canon AE-1 que ha sido mi compañera en casi todos los viajes que he hecho. No llevarla me parece una traición. Y hasta la fecha, ninguna de las otras ha conseguido mejorarla a pesar de que la Cybershot de Sony me ha dado también muchas alegrías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario