miércoles, 10 de agosto de 2016

Siem Reap ( Camboya )


Me gustó Camboya la primera vez que estuve, me ha vuelto a gustar la segunda y me imagino, más bien creo , que me seguirá gustando todas las veces que vuelva . Una vez superada la sorpresa de la primera vez, la curiosidad sigue creciendo porque ya sabes a lo que vas y tienes más tiempo para ir descubriendo detalles que pasaron desapercibidos. Y seguirán quedando e irán apareciendo otros nuevos a cada paso que avancen las restauraciones.

No es mi intención dar lecciones ni de arte ni de historia, ni siquiera creo que en algunos casos les esté asignando su nombre correcto porqué he pasado más tiempo embobado admirando las piedras que escuchando las explicaciones. Y tratando de asimilar que la mayoría de las construcciones son coetáneas de nuestros estilos Románico y Gótico.

Y que empiece el viaje.

Lo haremos por el templo de Ta Prohm o de las raices. Tan majestuoso por sus piedras como por las raíces que lo han invadido, recubierto y protegido.






































Las puertas monumentales con sus cuatro caras vigilando los puntos cardinales.








Las terrazas del Rey Leproso ....
















.... y de los elefantes.




El templo de Phimenakas.








El templo de Bayon con sus 54 torres decoradas con 200 caras de Avolokitesvara.































Y sin conflicto de cultos. Pasó del hinduísmo al budismo sin destrozar piedra alguna. Toda una lección de respeto y tolerancia.




A pesar de ser temporada seca ( recién comenzada la época de monzones ), la naturaleza nos regalaba paisajes como éste.




Del templo de Angkor Wat podría decirse que ya está todo dicho pero que todavía queda mucho por decir. Todo el complejo cubre alrededor de 80 hectáreas y sus torres representan los cinco picos de Meru. Sería fácil perderse en su interior y tardar en encontrar la salida. Aunque no importaría, no se deja de contemplar belleza y perfección en cada uno de sus rincones.













A veces la lluvia y las nubes nos regalan visiones celestiales como ésta.






La hermosura de sus frisos.






















El guía nos permitió poder volver a visitarlo pero esta vez con sol y accediendo por otra puerta.



































El templo de Banteay Srei ( siglo X ) dedicado a Shiva.















































































La perfección construida en ladrillo.
















De nuevo las caras siempre vigilantes a la entrada del templo de Banteai Kdei.











































El impresionante templo de Preah ko.































El templo de Mebong.















El templo Lo Lei.













Se acabó pero no es el final. Hay que tener en cuenta que mucho más que Siem Reap. Imagino que no todo será tan espectacular pero seguro que depara más de una sorpresa. Incluso, como ya digo al principio, una vez superada la primera impresión es cuando de verdad comienza el tour.

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