No me canso de leer referencias a Qazvin en la obra de Orhan Pamuk "Me llamo Rojo" como ciudad cuna y escuela de miniaturistas, calígrafos e ilustradores. Prueba de ello puede admirarse en el pequeño museo de Chehel Sotun. Edificio historíco que fué reconvertido en oficinas municipales y todas sus pinturas murales fueron cubiertas de cal. En la actualidad solo pueden admirarse pequeñas muestras de aquella decoración.
La Puerta de Teherán nos da la bienvenida a la ciudad . Recubierta de coloridos azulejos.
El santuario del imán Shahzadeh Hossein y su rica decoración de azulejos y mosaicos de espejo es otro de los monumentos de obligada visita.
La Mezquita del Viernes debió de ser esplendorosa en su tiempo pero en la actualidad se encuentra en un proceso interminable de restauración desde que se marcharon los restauradores italianos. Creo que no ha vuelto a tocarse.
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