Prefiero recordar el Almuñécar que conocí hace algo más de cuarenta años y no éste monstruo urbanístico que es en la actualidad. No lo quiero ni imaginar en pleno verano. Con lo fácil que hubiera sido urbanizar con un mínimo orden y gusto. El ladrillo devoró y repobló toda la costa española, no solo la granadina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario