No sé si es que llegamos muy pronto o que ese día no se abría el yacimiento. Aunque todos los puestos de souvenirs empezaron a prepararse en cuanto vieron que llegó un autobús de turistas.
Al menos se pudo fotografiar la iglesia, cuya fachada estaba recién restaurada porqué el terremoto de 2017 la había dejado bastante perjudicada. Y desde las rejas de entrada se pudieron hacer algunas fotos del yacimiento. Una muestra de la hermosura que nos quedó oculta. Al parecer se trataba de un centro ceremonial y como otras ciudades mayas ya se encontraban abandonadas en el momento de la conquista.
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