Pues en contra de lo que pueda parecer, ni la ciudad ni el estado toman su nombre de la famosa bebida, todo lo contrario. La bebida se llama así por producirse en aquella zona. Y gracias al ágave azul, que no todos sirven para elaborar el famoso destilado.
Y según cuentan , también se destilan algunos bastante rasposos que más vale no probar. Pero la gente pica por el precio.
No sé si los vapores tendrán algo que ver pero la realidad es que es una ciudad en la que se respira una alegría y vitalidad poco habituales.
Los hombres pájaro o voladores de Papantla, patrimonio de la humanidad y con toda la razón.
El homenaje de la ciudad a los trabajadores del ágave.
La entrada a la destilería Cuervo.
La colección de escultura de la familia.
El cuervo de verdad que aunque vive a cuerpo de rey no sé yo si no preferiría andar volando libremente.
Un par de muestras de la colección de coches históricos de la familia Cuervo.
Y aquí ya empieza la faena.
Las botellas de edición especial y su año correspondiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario