De pueblecito pesquero en los años 70 a populoso enclave turístico en la costa oriental de la isla en la actualidad. Aunque no se ha abusado del ladrillo, los hoteles y edificios de apartamentos no levantan más de 6 o 7 alturas y manteniendo distancias saludables entre uno y otro. Muy buenas playas y calles preparadas para satisfacer las necesidades culinarias y de compras del turista . Pocos españoles por no decir ninguno excepto la muy amable camarera del restaurante del hotel Nestor y muchos ingleses, alemanes y ciudades de repúblicas ex soviéticas. Y eso sí, una limpieza impecable que imagino se verá algo perturbada en plena temporada turística.
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