Como todo en Chipre los orígenes de Pafos se remontan a la noche de los tiempos. Poblada desde el neolítico aunque se considera que su origen es fenicio. Y a partir de ahí ya fueron pasando todos.
En Pafos se situa el nacimiento de Afrodita. Con posterioridad donde a San Pablo le dieron una soberana paliza atado a una columna por predicar el cristianismo. Aunque existen versiones, al parecer a los ciudadanos romanos no se los podía azotar en público. Igual si se puso pesado se saltaron la ley.
En su parque arqueológico podemos contemplar una serie de mosaicos de lo más hermoso en las casas de Dionysus, Teseo y Eon. Es imposible no intentar fotografiar hasta el último rincón.
En las denominadas Tumbas Reales la verdad es que nunca se enterró a ningún rey, quizás las llamaron así por su grandiosidad. Y eso que al haberlas usado como cantera los muy "civilizados" ingleses, la verdad es que no queda mucho del pasado esplendor de esta necrópolis.
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